Hace unos días veía en Twitter un retweet en el que se hablaba de la novela «Y, sin embargo, contento», de Javier Arcas, y la citaban como una novela de profesor con anécdotas escolares. La definición me gustó, así que me fui al enlace, leí la reseña,vi que el libro estaba disponible para descarga gratuita desde Bubok, lo descargué y me lo leí en tres tirones. Me ha gustado. Y bastante, además.
Decía el tweet que era una novela de profesor, seguramente lo es, pero también es una novela de alumno, y de padres. Quizás más de estos últimos que de todos los demás.
¿Virtudes de la historia? El libro está estructurado como los mejores best-seller, varias historias independientes pero que guardan nexos comunes entre todas ellas, y que se nos van ofreciendo en capítulos cortos, dejando siempre en los saltos de una a otra con la miel en los labios.
Una crítica social que, en un discreto segundo plano, no resulta para nada desconocida a los que frecuentamos las puertas de los colegios, murmuraciones, dimes y diretes que vestidos de inocencia terminan dañando reputaciones y personas.
Humor e ironía que aderezan diálogos y situaciones que en otro caso quedarían seguramente demasiado planos. Javier Arcas maneja bien los diálogos, consiguiendo viveza en los mismos, aunque más adelante comentaré algo sobre los mismos.
Los que nos dedicamos a esto de la enseñanza podemos tener la sensación -a lo mejor de manera equivocada- de que conocemos bastante bien a los adolescentes porque nuestro trabajo nos permite llegar a lugares que en ocasiones quedan vedados a los padres, este libro abre puertas y ventanas a quienes son ajenos a este mundo.
Es una impresión muy personal, pero creo que es un libro que puede gustar a los padres porque ofrece la sensación de que tras leerlo permite conocer mejor a los hijos, y puede gustar a los adolescentes (15 años en adelante) porque muestra algunas de sus preocupaciones e incluso señala caminos que en más de una ocasión se habrán planteado.
¿Puntos negativos? Me quedó la impresión de que se podía haber adelgazado un tanto la historia eliminando algunas parrafadas que no aportan demasiado a la historia, pero supongo que para el autor también es difícil prescindir de ellas.
Para mi el mayor problema de la historia es que los diálogos, principalmente entre los adolescentes, en algunas ocasiones no parecen excesivamente realistas, personalmente los vi utópicos en muchos casos, demasiado maduros quizás, o alejados de la realidad más cotidiana que es justo la que pretende ofrecer la novela.
Alguna errata que otra, incluido un cambio en el nombre de uno de los protagonistas, cuando dice Lucas y debe decir Félix. ¿Una revisión más?
Dicho esto, me reitero en lo dicho más arriba, el libro me ha gustado, es fácil de leer y considero además que puede una ser una muy refrescante lectura de verano. No me gustan nada los libros de autoayuda, y aunque evidentemente la intención del autor no era crear una historia de estas características creo que a aquellos a los que les gusten ese tipo de libros que les dicen lo que hay que hacer o dejar de hacer podrán disfrutar también con su lectura.
Si fuera el autor me plantearía muy seriamente poner este libro a la venta en Amazon, aunque fuera al precio mínimo, con una pequeña campaña de promoción y el boca a boca creo se vendería realmente bien, porque además de tener una historia bien contada el tema es más que apasionante.
Otra opinión sobre la obra: en Newculture.
Entrevista con al autor, Javier Arcas.
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Llego, a través de los siempre interesantes enlaces que comparte el presidente de 
At-talayi, la atalaya 