Me ha resultado curioso, aunque para nada sorprendente, que durante todo el día de ayer UPyD fuera trending topic en Twitter. No puedo saberlo con exactitud pero me quedó la sensación de que iban más o menos a partes iguales las críticas recibidas y las alabanzas obtenidas, aunque con un gran ventaja para estas últimas porque en demasiadas ocasiones las críticas eran tan desaforadas y fuera de sitio que más que hacer daño creo que terminaban favoreciendo más que perjudicando a la formación magenta.
Además para UpyD había algo muy positivo por el lugar que ocupa en el espectro político, y es que las críticas venían y aún hoy siguen viniendo de todos lados, de izquierda y derecha. La derecha les acusa de estar muy a la izquierda, la izquierda de estar muy a la derecha, y tengo la sensación, quizás equivocada, de que eso es lo mejor que le puede suceder a un partido como UPyD. Puede ser una idea equivocada pero cuando te critican desde los dos extremos seguramente es porque no están haciendo demasiado mal las cosas. Además se da la circunstancia de que han pasado de ser despreciados de la manera más absoluta a que ahora se hable de ellos de forma continua.
Me pregunto si no se equivocan todos aquellos que simplifican y reducen las ideas a izquierdas o derechas, progresistas o conservadores, y es que pienso que muchos ciudadanos ya no nos significamos con estas clasificaciones tan rígidas y estereotipadas. ¿Hay algún problema en que en determinados aspectos se pueda coincidir con unos y en otros se coincida con los de más allá?
Días atrás hablaba en el blog de la desafección que empezamos a sentir la inmensa mayoría de los ciudadanos por la política en general y los políticos en particular, y posiblemente esta es una de las grandes bazas de UPyD. Con unas ideas y propuestas que pueden parecer a algunos demagógicas o electoralistas, que a veces coinciden con lo que defiende el PP y en otras ocasiones con lo que defiende el PSOE, poco a poco esta formación se ha ido abriendo un hueco que seguramente empieza a asustar al poder establecido.
El PP se está desgastando brutalmente en el poder al llevar a cabo justo lo contrario de lo que decía cuando estaba en la oposición, cosa seguramente más que merecida, pero el transvase no parece que vaya al PSOE porque cada vez somos más los que pensamos que se trata del mismo perro con distinto collar. Aquí, a río revuelto, ganancia de pescadores.